El distrito de la escuela pública de Seattle, en Estados Unidos, ha presentado una demanda contra las principales redes sociales del país, a las que acusan de causar adicción y de estar dañando la salud mental de los más jóvenes. La demanda fue presentada el viernes contra Meta -matriz de Facebook e Instagram-, TikTok, Snapchat y YouTube, entre otras.

«Los acusados han explotado con éxito los cerebros vulnerables de los jóvenes, enganchando a decenas de millones de estudiantes en todo el país en bucles de retroalimentación positiva de uso excesivo y abuso de las plataformas de redes sociales», se sostiene en la demanda presentada por el distrito escolar público, que cuenta con más de 50.000 estudiantes.

Asimismo, se apunta que, entre 2009 y 2019, coincidiendo con los tiempos de mayor expansión de las redes sociales, la tasa de estudiantes de secundaria que afirmaron tener «sentimientos persistentes de tristeza o desesperanza» creció un 40%: «Los niños que consideran seriamente intentar suicidarse aumentaron en un 36 por ciento y la proporción que desarrolló un plan de suicidio aumentó en un 44 por ciento».

En la demanda, el distrito de escuelas públicas también acusa a las redes sociales de funcionar como plataformas publicitarias y de explotar los datos de los menores para hacer negocio: «Los anunciantes pagan una prima para orientar los anuncios a categorías específicas de los usuarios, incluidos los jóvenes».

Esta no es, ni de lejos, la primera vez que se acusa a las grandes redes sociales de causar problemas en la salud mental de sus usuarios más jóvenes. Un estudio publicado en Nature el pasado marzo por investigadores de la Universidad de Cambridge y de Oxford, en el que participaron 17.000 jóvenes, recogía entre sus conclusiones que cuanto más tiempo pasan en redes sociales las menores de entre 12 y 13 años menos probable es que estén satisfechas con su vida real.

A finales 2020, una filtración masiva de documentos internos de Facebook permitió conocer que la empresa sabía que su ‘app’ Instagram agravaba los problemas de autoestima de muchas usuarias, pero no hizo ningún esfuerzo significativo por solucionar el problema.

La empresa propiedad de Zuckerberg ha lanzado en los últimos meses varias herramientas destinadas a que los padres y tutores de los usuarios puedan controlar el uso y el tiempo que pasan en la aplicación, entre otros recursos.

Respecto a la demanda presentada por el distrito de escuelas públicas de Seattle, desde Google, el portavoz José Castañeda señala que la tecnológica ha «invertido mucho en la creación de experiencias seguras para los niños y hemos introducido fuertes protecciones y funciones dedicadas para priorizar su bienestar». Snapchat, por su parte, apunta que «nada es más importante» para la ‘app’ que el bienestar de su comunidad. En la misma línea se mueve TikTok que, a razón de la demanda, afirma que siempre «prioriza la seguridad y el bienestar de los adolescentes».

Sea como fuere, los problemas causados por las redes sociales en la salud mental de los más jóvenes han provocado que, incluso, jóvenes estudiantes se movilicen con el objetivo de concienciar a los usuarios sobre la importancia de utilizar la tecnología de una forma más sana. Ese es el caso, por ejemplo, de la asociación Log Off, que cuenta con miembros por todo el mundo.

FUENTE: abc/es

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