El 20 de enero el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden dio los primeros pasos de una iniciativa amplia y común a todo el gobierno para reformar el sistema inmigratorio, que incluye enviar al Congreso una legislación que  establece una vía para la obtención de la ciudadanía para los casi 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven en el país y contribuyen a él.

Las medidas de hoy se basan en las órdenes ejecutivas que el presidente dictó durante los primeros días en la función, que incluyen pasos orientados a preservar y reforzar las protecciones para los “Dreamers” [Soñadores], terminar con la prohibición relativa a personas musulmanas y africanas, detener la construcción del muro en la frontera y proteger a ciudadanos liberianos que viven y trabajan en nuestro país.

El primer día de su gestión, el presidente también envió al Congreso la Ley sobre Ciudadanía de Estados Unidos (United States Citizenship Act), que procura modernizar nuestro sistema inmigratorio y gestionar de manera inteligente nuestras fronteras, a la vez que se abordan las causas fundamentales de la inmigración.

La estrategia del presidente Biden se centra en la premisa básica de que nuestro país es más seguro, más fuerte y más próspero si cuenta con un sistema inmigratorio justo, seguro y ordenado que acoge favorablemente a los inmigrantes, mantiene unidas a las familias y permite a las personas —inmigrantes recién llegados y personas que han vivido aquí durante generaciones— contribuir de manera más plena a nuestro país. El presidente Biden sabe que los nuevos estadounidenses impulsan nuestra economía, como innovadores y creadores empleo, se desempeñan en todas las industrias estadounidenses, y contribuyen a nuestra producción artística, nuestra cultura y nuestro gobierno.

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