EFE

Redacción Internacional

Las vacunas de las farmacéuticas Pfizer y Astrazeneca son, en este momento, las elegidas por al menos 11 países de Latinoamérica, frente a un gran grupo que espera que se ponga en marcha el mecanismo Covax, y otros gobiernos que han optado por la rusa Sputnik V o por la china Sinovac.

La región, con más de 16,7 millones de contagiados, sigue teniendo altos niveles de infección, con Brasil a la cabeza con 8,9 millones de casos, lo que eleva la urgencia de inmunizar pronto a la mayor parte de la población.

LOS PIONEROS

Una vez Estados Unidos dio el pistoletazo de salida mundial para la vacunación, el primer avión cargado con antígenos de Pfizer para los latinoamericanos llegó el pasado 23 de diciembre a México, que compró 34,4 millones de dosis.

El plan mexicano, que comenzó un día después, avanza lentamente ya que únicamente se han suministrado 624,105 dosis y solo 28,715 personas han recibido la segunda inyección necesaria para prevenir la enfermedad con ese biológico.

El objetivo del Gobierno es inocular antes de que termine enero a todo el personal de salud, iniciar en febrero con los ancianos y en 2022 haber inyectado gratuitamente a los 126 millones de mexicanos utilizando, además del preparado de Pfizer, 77,4 millones de dosis que negoció con la británica AstraZeneca, 35 millones con la china CanSino y 24 millones de la rusa Sputnik V.

CHILE, COSTA RICA Y PANAMÁ HACEN LO SUYO

Otro de los pioneros latinoamericanos en la inmunización es Chile, que también optó por Pfizer, de la cual hasta el pasado 26 de enero 56,549 personas habían recibido al menos una dosis y casi 10,000 las dos.

El país, que se encuentra inmerso en la segunda ola de la pandemia, espera contar con 10 millones de dosis de Pfizer, otros 10 millones de la empresa china Sinovac y 6 millones de Astrazeneca.

Igualmente, Costa Rica ha recibido desde el 23 de diciembre cinco cargamentos de vacunas de Pfizer para un total de 104,325 unidades, de las cuales hasta el 25 de enero había aplicado 45,707 primeras dosis y 2,421 correspondientes a la segunda.

A pesar de un buen arranque en el cronograma de vacunación, la farmacéutica suspendió las entregas debido a ajustes en su manufactura, pero las reanudará el 15 de febrero y cumplirá con la cantidad acordada en el primer trimestre del año.

Costa Rica, con 5 millones de habitantes, adquirió con Pfizer 3 millones de dosis, dirigidas a 1,5 millones de habitantes, mientras que con las de AstraZeneca inoculará a 500,000 habitantes y a un millón con las que le otorgue el mecanismo Covax, de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por su parte, Ecuador arrancó el 21 de enero una “fase piloto” en la que administrará 8,000 vacunas a trabajadores sanitarios, adultos mayores y personal de los geriátricos.

Ese lote hace parte de una primera remesa de 86,000 dosis negociada con Pfizer, que suministrará este año 2 millones.

Adicionalmente, el Gobierno negoció 5 millones de dosis con AstraZeneca, 4 millones con la empresa Covaxx y otros 8 millones con el mecanismo Covax.

Tímidamente, Panamá comenzó el 20 de enero su campaña de inmunización tras recibir su primera remesa de Pfizer con 12,840 dosis, cantidad reducida por problemas de producción, pues se esperaban 40,000.

EL GIGANTE QUE CAMINA LENTO

Brasil, criticado por el demorado inicio de la vacunación, ha importado de la India 2 millones de dosis de AstraZeneca y cuenta con alrededor de 10 millones más de Sinovac, cifras que resultan insuficientes para proteger a sus 212 millones de habitantes.

En el país se desató la polémica cuando en octubre del año pasado el presidente Jair Bolsonaro se opuso a la compra de vacunas de la china Sinovac y desautorizó a su ministro de Salud, Eduareo Pazuello, quien anunció el negocio de 46 millones de dosis.

A pesar de que Bolsonaro alegó una falta de eficacia del inmunizante chino, lo cierto es que es desarrollado y experimentado en Brasil en asociación con el Instituto Butantan, una institución científica vinculada al estado de Sao Paulo, cuyo gobernador, Joao Doria, es un importante rival político del presidente.

En cambio, en donde sí tuvieron eco los adelantos de China fue en Perú, que se prepara para descargar a fines de mes el primer lote de un millón de vacunas adquiridas al laboratorio Sinopharm de un total de 38 millones.

Pero, preocupantemente, la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas aún tiene pendiente la autorización de su ingreso ya que, según ha indicado, espera que Sinopharm entregue “documentos claves” sobre certificaciones y el funcionamiento de su laboratorio en Pekín.

PREFERENCIA POR LOS RUSOS

Otra opción que toma fuerza en América Latina en esta carrera contra el agresivo coronavirus es la vacuna rusa Sputnik V.

Así lo confirma Argentina, que pretende inmunizar a 10 millones de personas con ese preparado del que el 25 de diciembre recibió el primer cargamento de 300.000 dosis con las que empezó a vacunar al personal sanitario.

Otro caso es el de Bolivia, que firmó un contrato para adquirir 5,2 millones de dosis, con una primera entrega de 1,7 millones en marzo próximo y otras sucesivas en abril y mayo.

El primer lote de 6,.000 vacunas contra la covid-19 de fabricación rusa para Bolivia ya está en camino, informó este miércoles el Ministerio de Relaciones Exteriores del país.

A mediados de este mes, el Gobierno suscribió otro contrato para la dotación de 5 millones de vacunas de AstraZeneca y con ello cubrir el “100 %” de población apta para inmunizar a partir de abril.

Como era de esperarse por la cercanía política, el Gobierno del venezolano Nicolás Maduro anunció el 29 de diciembre un acuerdo con Rusia para la compra de 10 millones de la Sputnik V con la que pretender empezar a vacunar a sus habitantes durante el primer trimestre.

Todo eso en medio de una polémica: Maduro rectificó el martes pasado su afirmación de que el fármaco Carvativir “neutraliza al 100 %” a la covid-19 e indicó que el producto hecho en el país caribeño es “complementario” en la lucha contra la enfermedad, por lo que, de momento, los venezolanos siguen desprotegidos frente al virus.

AÚN NO COMIENZA LA VACUNACIÓN

Un paso atrás también está Colombia, ya que el Gobierno ha firmado acuerdos con Covax para adquirir 20 millones de dosis, además de 10 millones de Pfizer, 10 millones con AstraZeneca y 9 millones con la belga Janssen, filial de la estadounidense Johnson & Johnson y cuyo preparado requiere una sola aplicación, pero no ha recibido una sola de ellas.

En el caso de Uruguay, se anunció que vacunará a todo su personal de salud en tres días una vez arriben las primeras 200,000 dosis de las 2,000,700 que negoció con Pfizer, a las que se unirán luego 1,750,000 de Sinovac.

De otra parte, en El Salvador no hay una fecha exacta para inocular con 2 millones de dosis de AstraZeneca y en República Dominicana la expectativa es que en marzo haya llegado parte de las 7,9 millones de dosis de Pfizer y 10 millones de AstraZeneca negociadas.

CUBA Y COVAX, LA ESPERANZA DE LOS POBRES

Mientras en algunos países latinoamericanos los Gobiernos revisan sus bolsillos para encontrar dinero y comprar las vacunas, Cuba inició el 18 de enero una nueva fase de ensayos clínicos de Soberana 02, el más avanzado de sus cuatro candidatos a inmunizante, que trabaja de la mano con Irán.

Cuba cuenta con una reconocida industria de biotecnología y farmacéutica que produce actualmente ocho vacunas contra la meningitis, el cáncer de pulmón y los tumores sólidos, entre otras.

La isla quiere vacunar a una “parte importante” de su población antes de que acabe el primer semestre de 2021, lo que abriría la puerta para que otros países de bajos recursos económicos puedan conseguir el biológico.

Una noticia alentadora en ese sentido también tiene que ver con que 280 millones de dosis de vacunas llegarán a América Latina este año a través del programa Covax, de acuerdo con la Alianza para las Vacunas GAVI.

Aunque no se ha especificado a qué países, teniendo en cuenta la clasificación de Estados por ingresos del Banco Mundial que usan GAVI y la OMS para designar a los beneficiarios de Covax, se trataría de El Salvador, Honduras, Nicaragua, Bolivia y Haití.

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