Por Dr. Rubén Rodríguez – Nutriólogo Clínico/Nutriólogo Renal/@drrubendarior
Ante el avasallante desarrollo del COVID-19, es imperante y sensato el entender que el mundo está aún ante un patógeno virulento que cada día sorprende más a la clase médica.
Si bien es cierto, se debe cumplir con una cuota de nutrientes como: vitamina C, vitamina D, zinc, suficiente agua (tomando en consideración pacientes con insuficiencia cardíaca y/o enfermedad renal crónica en tratamiento sustitutivo renal modalidad hemodiálisis y diálisis peritoneal), proteínas e hidratos de carbono así como lípidos (grasas) saludables.
Pero ¿por qué mencionamos esto? Nuestro país ante cualquier preocupación relevante a la salud se automedica, llegando a correrse los comentarios de que si alguien usa un tratamiento, este le funcionará a la persona en cuestión; pero grave error, al cometer dicho acto el paciente se enfrenta a mostrar signos de sobremedicación y/o resistencia a algunos medicamentos llegando estos a no funcionar.
Se ha estado utilizando vitamina C como un complemento al tratamiento médico del “Protocolo para el diagnóstico y tratamiento del Coronavirus (COVID-19)” del Ministerio de Salud Pública del país, conociendo pues, que esta inhibe la principal proteasa del virus, esencial para la replicación viral, fortaleciendo así además, el sistema inmune del paciente. Recordar no sobremedicar por la consecuencia de presentar “piedras en los riñones” en pacientes con riesgo de desarrollarlas.
Así mismo el uso de vitamina D, ya que este puede llegar a jugar un efecto protector gracias al mantenimiento de la integridad del epitelio y la reducción de la respuesta inflamatoria, por lo que suele esta vitamina verse disminuida en pacientes post-covid, debiendo ser supervisada y calculada por el especialista.
El uso del Zinc tiene un rol fundamental en cuanto a la inmunidad innata y la adaptativa del organismo; se sabe que la deficiencia de zinc disminuye la activación de los linfocitos y promueve inflamación.
Los niveles bajos de Zinc se relacionan con peor pronóstico en pacientes diagnosticados con COVID.
NO SE RECOMIENDA SUPLEMENTARLO DE FORMA GENERALIZADA PARA PREVENIR.
Recordar también la correcta hidratación porque se pierde agua en la orina, las heces, la piel y el tracto respiratorio. Mantener un correcto aporte de alimentos ricos en proteínas de alto valor biológico e hidratos de carbono para evitar, durante fases estresantes, la pérdida de los músculos esenciales como los que ayudan a la respiración.
Es bueno ser precavidos, pero actuar con conciencia y supervisión médica es más seguro y certero para su salud. Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo.
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FUENTE: hoy