La batería es una de las especificaciones más importantes en las que el usuario debe fijarse antes de adquirir un ‘smartphone’. Durante los últimos años, hemos ido viendo cómo los terminales cada vez aguantan más y más horas hasta alcanzar, en muchos casos, cerca de un día y medio de uso. Ahora, las empresas quieren ir un paso más allá y reducir drásticamente el tiempo de carga, como se vio a mediados de la semana pasada durante la feria Mobile World Congress.

Primero fue la firma asiática Realme, que llegará a la carga de 150 vatios con su futuro ‘smartphone’ GT Neo 3, 25 veces más que el móvil más rápido hasta la fecha. Se espera que sea capaz de cargar la batería al 50% en sólo 5 minutos.

Luego Oppo anunció la carga de 240 vatios, lo que supone que podríamos pasar de 0% a 100% de batería en menos de 10 minutos, es decir, en menos de lo que tomamos un café el teléfono podría estar completamente llena.

Todo pasa por mejorar la carga

Con la capacidad de las baterías de iones de litio estancada desde hace años, en lo único que se puede mejorar la autonomía de un teléfono es en su consumo, o su carga. El consumo mejora año tras año, pero lo hace ligeramente, ya que también los procesadores son más potentes y las pantallas de los móviles más grandes, lo único que se consigue es mantener lo que se tenía. Por esa razón, el foco de los fabricantes está en la carga.

Si el teléfono se puede cargar en unos minutos, la autonomía o la capacidad podrían llegar a ser irrelevantes, y podría ser el fin de cargar el teléfono por la noche para poder tener el teléfono al 100% y que aguante toda la jornada. Pero la carga rápida no es algo tan sencillo como subir el voltaje del cargador. Todos recordamos el problema del Samsung Galaxy Note 7 y cómo explotaban sus baterías. La carga rápida tiene que ir acompañada de seguridad, por ejemplo, la tecnología SuperVOOC de Oppo tiene 5 procesadores y 13 sensores instalados en todo el proceso de carga, desde el enchufe a la batería del teléfono móvil, para garantizar que la carga se hace correctamente.

Además, también es esencial que el terminal no se caliente durante la carga gracias a la cámara de vapor de grafeno de Oppo. No todo acaba ahí, gracias a la tecnología de protección de batería que ha desarrollado, llamada ‘Battery Health Engine’, o BHE, han conseguido que los ciclos de carga de la batería se dupliquen, un nuevo chip diseñado por la empresa gestiona que no haya deterioro y que el proceso químico sea correcto durante la carga.

Es muy común que la autonomía de nuestros teléfonos móviles empiece a decaer a los dos o tres años de uso, y es porque las baterías comienzan a deteriorarse a partir de ese punto, es decir, cuando están por debajo del 80% de su capacidad de carga original, lo que ocurre a los 800 ciclos de carga, con BHE, los ciclos de carga pasan a ser 1.600, o lo que es lo mismo, el teléfono mantiene su autonomía durante 5 años.

El primer teléfono con BHE es el Oppo Find X 5, su carga de 80 vatios mantiene la durabilidad de su batería durante 5 años. Las implicaciones de esta tecnología son enormes, el teléfono que la utilice, no sólo ayudará al medio ambiente contaminando menos ya que su vida útil será más larga, sino que perderá menos valor con el tiempo.

FUENTE: abc/es

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