El mundo de los videojuegos lleva meses esperándolo. Microsoft pone a la venta este martes su nueva consola Xbox Series, dos días antes de que Sony lance la PlayStation 5, marcando el paso a una nueva generación de videoconsolas.
Las dos consolas, cada una disponible en dos versiones a diferentes precios, competirán durante la temporada navideña, tradicionalmente lucrativa para la industria del juego.
Microsoft propone la Xbox Series X, un modelo “premium” a un precio de 499 dólares, y la Xbox Series S, con menor calidad de imagen, sin lector de disco, más pequeña y más barata: 299 dólares.
El estadounidense vendió la mitad de ejemplares de la consola anterior, la Xbox One, que su rival japonés PlayStation 4. Las dos salieron al mercado a finales de 2013.
Siete años después de su último duelo, Microsoft espera ponerse al día respecto a su competidor, pese a que la nueva Xbox no pueda beneficiarse de su juego estrella, “Halo Infinite”, durante su lanzamiento, pues su estreno fue aplazado a 2021 a causa de la pandemia, que afectó al desarrollo del juego.
El gabinete Ampere Analysis prevé ventas del orden de 13,5 millones de Xbox Series X y S hasta finales de 2021, y de 17,9 millones de PS5, que podrá sacar provecho de títulos inéditos durante su lanzamiento, como el muy esperado: “Spider-Man: Miles Morales”.
Consciente de que también necesitará proponer un catálogo de juegos atractivo, aunque sea más adelante, Microsoft echó mano de billetera a finales de septiembre y se hizo con el control de Bethesda Softworks, el editor de las series de éxito “The Elder Scrolls” y “Fallout”, por 7.500 millones de dólares.
Tiendas cerradas
“No cabe duda de que Microsoft está mejor situado para competir con Sony de lo que estaba en el momento de las generaciones Xbox One y PS4”, subrayó Piers Harding-Rolls, analista de Ampere Analysis, quien consideró que gracias a su estrategia de “precios diferenciados” podrá llegar a “diferentes tipos de jugadores”.
Otro punto fuerte es su tendencia a convertirse en una suerte de “Netflix de videojuegos” con el Xbox Game Pass, un servicio de suscripción a juegos digitales que cuenta ya con más de 10 millones de usuarios.
Este lanzamiento, que marca un nuevo capítulo en la historia de los videojuegos, será muy distinto por el coronavirus y las nuevas restricciones impuestas en varios países.
“La pandemia ha tenido un impacto considerable” en el comportamiento del consumidor con la “adopción masiva del comercio electrónico”, señaló Morris Garrard, analista de Futuresource, que estimó que la mayoría de las compras se realizarán a través de pedidos con entregas a domicilio.
Sony también ha advertido de que no venderá consolas en las tiendas cuando lance la PS5 (el jueves en varios países de Asia-Pacífico y América del Norte, y el 19 de noviembre en Europa) para velar “por la seguridad de jugadores y vendedores”.
“Por favor, no planee acampar” delante de las tiendas para evitar aglomeraciones, imploró el grupo japonés la semana pasada.
Esta transición masiva en línea en un momento de aumento de la demanda por estilos de vida más hogareños “expondrá aún más la distribución a interferencias”, comentó Garrard a la AFP. “Inevitablemente habrá gente que utilizará bots (programas informáticos automatizados) para escanear todos los sitios” y “tan pronto como se pongan a la venta nuevas existencias, se venderán en cuestión de minutos”.
Según el analista, “muchos de los que quieran comprar una consola puede que no tengan la ocasión de hacerlo hasta dentro de tres a seis meses”.
Para marcar el lanzamiento, Microsoft ha organizado una serie de iniciativas en línea en varios países, comenzando con una cuenta atrás hasta la medianoche del lunes en Nueva Zelanda.
También ha previsto una presentación global de los juegos en su nueva consola, que se transmitirá en “streaming” a partir del martes a las 19H00 GMT.