Desde mediados de octubre la venta de los famosos charamicos en la avenida Winston Churchill indica a los dominicanos que se acerca la Navidad, por lo que cualquier anomalía en la exposición de estos artículos llama la atención de los ciudadanos.
Desde el 15 de este mes, son exhibidos en las aceras de la referida avenida: estrellas, burritos, bolas, arbolitos, carretas, canastas y hermosos nacimientos del niño Jesús. Sin embargo, este año los comerciantes y el Ayuntamiento del Distrito Nacional tuvieron algunos inconvenientes con relación al pago de impuestos.
Thomas de León Martínez, quien lleva más de 40 años en el negocio, explicó que a algunos comerciantes de la zona se les incautaron estos adornos navideños debido a que se colocaron en los espacios públicos sin solicitar al ayuntamiento el permiso correspondiente.
Mientras que Juan Antonio Rivera se quejó del trato que dio la alcaldía al sustentar que la institución no le dio tiempo para el diálogo y “simplemente llegaron y se llevaron la mercancía”.
“Nosotros nunca nos hemos negado a pagar, todos los fines de año estamos aquí, pero fueron muy rotundos, sin permitirle la palabra a uno, montaron la mercancía y se la llevaron. No fue el trato adecuado”, manifestó Rivera, quien durante 10 años ha comercializado charamicos.
Alcaldía devuelve mercancía
La Alcaldía del Distrito Nacional, informó a este medio que toda la mercancía incautada fue devuelta a los comerciantes sin ninguna penalidad debido a que los artesanos se regularizaron y pagaron un impuesto por la cantidad de metros que utilizarían en la avenida Winston Churchill.
Elizabeth Mateo, directora de Comunicaciones de la Alcaldía, dijo que la institución está a favor de todas las iniciativas culturales de los capitaleños pero siempre con orden y apegados a los permisos correspondientes.
“El espacio público es de todos y todas, pero para que las personas que caminan libremente por las aceras puedan hacerlo sin ningún tipo de interrupción, tiene que haber un permiso especial, que es temporal, que se le otorga a las personas como los vendedores de charamicos”, manifestó Mateo.
Charamicos, un sello navideño
Durante un recorrido realizado por un equipo de elCaribe por las principales avenidas de Santo Domingo, se observó que una de las calles más “adornadas” con los charamicos es la avenida Winston Churchill.
Bolas decorativas, burritos con carreta, cono, canastas, arbolitos tipo topiarios, erizos, entre otros atavíos, forman parte de la variada oferta de estas piezas elaboradas con bejuco y ramas de olivo.
Thomas de León Martínez, quien desde muy jovencito comenzó a crear este tipo de adornos, sostuvo que la venta de charamicos es una actividad comercial que forma parte del folklore dominicano y que ellos (los artesanos) lo han convertido en un estandarte de la Navidad.
“La gente desde que ve los charamicos en las calles comienza a reflejar la alegría, cambia el ambiente porque todo el mundo sabe que ya la Navidad se aproxima”, empresó el artesano.
Los famosos conos, los cuales fueron incluidos hace algunos años en colores verdes y rojo, ahora vienen también en azul, mamey, amarillo y plateado, haciendo más variada la oferta de los tradicionales charamicos.
Artesanos duran meses confeccionando adornos
Aunque los charamicos empiezan a verse desde el mes de octubre, la confección de los mismos se inicia en febrero y marzo. Las creaciones, tan admiradas por mucha gente, son resultado del trabajo de varios meses, de quienes emplean su tiempo para mantener la tradición navideña. Los llamados animales fantásticos como los camellos, ovejas y venados, en sus diferentes tamaños, forman parte de la creatividad de los artesanos.